
A principios del siglo XX, las reformas batllistas impulsaron una serie de avances humanitarios para la población en general, como la ley del divorcio por sola voluntad de la mujer, la separación del Estado y la Iglesia Catolica, la creación de la Escuela de Ciegos y la "ley de ocho horas" laboral.
No debe pasar desapercibido que, gracias a José Batlle y Ordóñez, nuestro país fue uno de los pioneros mundiales en la abolición de la pena de muerte para cualquier delito.
En otros países del mundo, aún hoy en día se sigue aplicando.
China parece estar primera en el medallero "olímpico", y como siempre, los EEUU no se quieren quedar rezagados.
La Convención sobre los Derechos del Niño de la Organización de las Naciones Unidas dispone que "No se impondrá la pena capital ni la de prisión perpetua sin posibilidad de excarcelación por delitos cometidos por menores de 18 años de edad".
Esta convención ha sido firmada y ratificada por todos los países del mundo excepto Somalia y Estados Unidos de América (20 de noviembre de 1959).
"En la actualidad, Somalia no puede avanzar hacia la ratificación debido a que carece de un gobierno reconocido. Al firmar la Convención, los Estados Unidos han indicado su intención de ratificarla, pero todavía no lo han hecho".
(Ni lo harán, agrego yo).
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